¿Sabías que la ‘antorcha olímpica’ fue un invento nazi?

Cada cuatro años, los días previos a dar inicio unos Juegos Olímpicos, uno de las tradiciones que se realizan y más expectación genera es el hecho de portar la antorcha con la ‘llama olímpica’ desde Olimpia (ciudad de la Antigua Grecia donde se celebraban los antiguos JO) hasta la población encargada de albergar las Olimpiadas.
En los primeros Juegos Olímpicos de la Era moderna (como fueron conocidos inicialmente) promovidos por el barón Pierre de Coubertain no hubo pebetero ni llama olímpica y así ocurrió en los siguientes juegos. No fue hasta la novena olimpiada celebrada en Ámsterdam en 1928 cuando se recuperó la antigua tradición de colocar un pebetero que mantuvo la llama encendida durante todo el tiempo que duraron los juegos, pero este fuego no fue llevado desde Olimpia sino que fue encendido allí mismo.
Lo mismo sucedió en la siguiente cita olímpica de Los Ángeles 1932, pero en los JJOO que iban a celebrarse en la Alemania nazi de Adolf Hitler algo cambió: se introdujo el recorrido por relevos de la llama olímpica desde Grecia (Olimpia) hasta el estadio olímpico de Berlín. La idea surgió de Carl Diem, uno de los responsables en la organización de aquellos juegos.
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